Tratamiento contra la Apnea del Sueño
y el Ronquido

Apnea del Sueño y Ronquido

La Apnea del sueño -también conocida como AOS o SAHS- es una patología con entidad clínica propia. Pese a que esto no era así hace no tanto, la prevalencia, cada vez mayor, que tiene entre la población mundial ha hecho que los expertos en trastornos tanto respiratorios como del sueño se hayan puesto de acuerdo y le confieran la importancia que realmente posee.

Y es que estamos hablando de una enfermedad que afecta al 4% de la población en Europa, al 9% en Estados Unidos y a más del 15% de la población asiática, con índices siempre mayores en hombres que en mujeres. Como se puede observar la porción de población afectada por esta patología es considerable y en aumento.

La enfermedad consiste en repetidos episodios de pausas respiratorias durante el sueño -pausas que pueden alcanzar los diez segundos-, a consecuencia de alteraciones funcionales o anatómicas de la vía aérea superior, que provocan el colapso momentáneo de la vía impidiendo el normal flujo de aire durante la respiración. Estamos ante un trastorno respiratorio grave y potencialmente mortal, ya que los pacientes con Apnea no tratados son cuatro veces más propensos a sufrir accidentes de tráfico y laborales, a lo que se añade que en ocasiones la enfermedad llega a provocar la muerte súbita del individuo.

No se puede dejar de lado otra consecuencia de la enfermedad y uno de los primeros indicios de que algo no funciona correctamente en nuestras vías respiratorias cuando dormimos: el Ronquido. Pese a que hay roncadores simples a los que nunca se les desarrollará la patología de la Apnea, esto es infrecuente. La experiencia clínica demuestra que, lo que comienza siendo un simple Ronquido, con el tiempo deriva en algún tipo de Apnea-Hipoapnea si no se toman medidas. Y no se puede dejar de lado como una consecuencia sin importancia porque en algunos casos el volumen del Ronquido alcanza los 80 decibelios o más, o lo que es lo mismo, supera el ruido que emite un avión al despegar. Es fácil imaginar que para la pareja -e incluso para las personas que compartan vivienda sin compartir habitación- este ruido se convierta en algo insoportable que acarree diversas consecuencias.

Aparte de lo anterior, otros síntomas provocados por la patología merman considerablemente la calidad de vida de estos pacientes. Podemos poner como ejemplos somnolencia y cansancio crónico -motivado por la ausencia de sueño profundo y reparador mientras dormimos-, depresión, hipertensión arterial y otras enfermedades cardiovasculares, enfermedad cerebrovascular, deterioro intelectual, pérdida de la memoria, disfunción eréctil e impotencia, jaquecas...

Los factores de riesgo de sufrir la enfermedad son los siguientes: es 3 veces más común en hombres que en mujeres, aumentando el riesgo de contraer la patología con la edad y con la obesidad (ganar un 10% de peso aumenta 6 veces el riesgo de AOS). Esto se debe a la acumulación de grasa en el cuello, que presiona los tejidos blandos de la vía aérea superior y que junto al menor tono muscular durante el sueño hacen la vía más colapsable. No obstante, la enfermedad también puede presentarse en individuos con índice de masa corporal normal pero que son poseedores de otros factores que contribuyen al colapso faríngeo (macroglosia, hipertrofia amigdalina). Por último se debe añadir que tanto el alcohol como el tabaco elevan el riesgo sobremanera.

Hasta ahora, el tratamiento contra la Apnea y el Ronquido por parte de los especialistas del sueño era por medio de un CPAP, una máquina de presión positiva conectada por medio de un tubo a una mascarilla que el paciente se coloca sobre la nariz y/o boca. Está basada en el mismo principio físico que el aspirador pero a la inversa -en vez de aspirar expulsa el aire-, y aunque evidentemente su potencia no es igual, el ruido que emite no es desdeñable, por lo que ésta es una de las principales causas del rechazo que provoca en el 50% de pacientes que utilizan este sistema como tratamiento de la Apnea y/o Ronquido. Otros inconvenientes de este dispositivo son el impacto sicológico que sufre la persona cuando le informan de que tiene que pasar el resto de las noches de su vida conectado a una máquina y la dependencia permanente de una toma de corriente, impidiéndole realizar actividades tan comunes como acampar o tomar un avión de larga duración.

Pese a que los dispositivos CPAP han avanzado mucho desde sus comienzos hasta la actualidad, sobre todo disminuyendo el ruido que emiten y su tamaño, el índice de rechazo por parte del paciente apenas ha disminuido. La consecuencia básica de esto es que abundan los pacientes con Apnea diagnosticados pero sin tratar. Y esto es algo que no es sólo problema de ellos, puesto que como se ha señalado con anterioridad, la posibilidad de que se queden dormidos al volante y provoquen un accidente de tráfico es cuatro veces más elevada. En países como Alemania, a los individuos diagnosticados con SAHS les retiran el carnet de conducir hasta que no demuestren que han superado la enfermedad, pero esta legislación no se extrapola al resto de Europa y mucho menos al resto del mundo.

Si bien los avances en el campo de la cirugía permiten tratamientos para Apnea que antes no existían, no es menos cierto que el éxito tras la intervención no está para nada garantizado y que es muy probable que el paciente experimente apenas una pequeña mejoría, que no solución, a su problema. Por no hablar de los riesgos, dolores e inconvenientes, bastante variables, que conlleva una intervención de este tipo.

Es aquí donde entran en juego los Dispositivos de Avance Mandibular como el Silencer. Se basan en el principio de avanzar ligeramente la mandíbula mientras el paciente duerme, aumentando así el radio de la faringe y evitando el colapso del flujo respiratorio. Con un diseño parecido al de un protector bucal y una atractiva apariencia mezclando plasticos y resinas transparentes con otras partes metálicas, estos dispositivos intraorales resultan ser la solución para muchísimos pacientes. Baste comparar una foto de una amenazante máscara de CPAP con otra de cualquiera de estos brillantes dispositivos de última generación para adivinar cuál será la elección más obvia del paciente al que le planteen la disquisición. Éste punto resulta ser el principal enemigo al que se tienen que enfrentar estos aparatos, ya que los dentistas -formados en este tratamiento y convencidos de sus resultados- acusan a los neumólogos -los especialistas que normalmente tratan esta patología- de falta de información al paciente, al que no dan la posibilidad de elegir. Es CPAP o nada, pese a que múltiples estudios han demostrado que la eficacia de ambos sistemas (CPAP y dispositivos intraorales) es análoga para cierta tipología de pacientes.

Ambos tipos de tratamiento eliminan de igual manera los síntomas en personas que sufren Apnea leve y moderada y Ronquido, no así la grave, donde el tratamiento con CPAP es superior y es el recomendable. Pero no es frecuente que el paciente tenga conocimiento de ello ya que nadie se lo ha comentado, y por tanto, su capacidad de decisión se ve cohartada. Además, debido al elevadísimo índice de rechazo del CPAP surge la siguiente cuestión: ¿qué es preferible, un paciente que sufe Apnea severa, no tolera el CPAP y por tanto continúa padeciendo todos los sítomas o el mismo paciente con Apna severa, utilizando un dispositivo de avnce mandibular que, si bien no elimina totalmente los síntomas, sí los minimiza?

Es destacable que pese a que hay varios tratamientos contra el Ronquido y la Apnea usando diferentes modelos de dispositivos de avance mandibular, no todos los aparatos intraorales son igualmente efectivos. El Silencer es un dispositivo de última generación que cuenta con modelado personalizado en ambas partes, superior e inferior, de la férula. No hay que olvidar que una de las principales ventajas competitivas que poseen estos dispositivos frente a la máquina de CPAP es que no provoca el rechazo en el paciente, por lo que para ello éste se tiene que sentir totalmente cómodo. Además, el avance es regulable y controlado por el doctor, por lo que durante el tratamiento se podrá avanzar o retraer más o menos la mandíbula en casos en que el paciente experimente cambios en el grado de la patología (fumar, beber y el índice de masa corporal afectan al grado de la enfermedad y son factores ciertamente variables). Por último, el Silencer permite movimientos laterales de la mandíbula y apertura parcial de la boca, buscando la comodidad del paciente y relajando la tensión muscular de la mandíbula.

El tratamiento contra la Apnea y el Ronquido evita la somnolencia diurna

El tratamiento contra la Apnea y el Ronquido con el Silencer evita la somnolencia diurna
Situaciones como ésta son peligrosas y fácilmente evitables mediante este tratamiento

Situaciones como ésta son peligrosas y fácilmente evitables mediante este tratamiento
Vía aérea colapsada sin usar tratamiento Silencer

Vía aérea colapsada en paciente con Apnea que no utiliza el Silencer
Silencer, dispositivo para el tratamiento del ronquido

El Silencer es la alternativa real al CPAP y a la cirugía
duerme plácidamente con este dispositivo de avance mandibular

Duerme plácidamente y sueña de nuevo con este dispositivo de avance mandibular
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